A alguien que desapareció de mi vida, irreemplazable, único y espectacular.
Aquel que logro despertar sin fin de sentimientos, ideas y letras.
Ese que me inspiró para ser uno de los mejores, por que él mismo era el mejor.
Esta noche quiero dedicar la última canción para aquel que fortaleció mis más grandes ideas, mis mejores metas y anhelos, aquel que fomentó esa esperanza y dedicación en todo lo que haces.
Me enseñó a querer con el corazón y a no malgastar su nombre en vano.
Me demostró que efectivamente, nada es para siempre si no se conserva.
Y que la verdadera forma de entenderlo es practicando día a día los golpes que nos daba, las experiencias nuevas, la verdad.
Esta madrugada confieso en que lo extrañaré...
Y me pregunto si algún día renacerá.

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