Día uno.
Llego a casa para poder escribir antes que las ideas se vayan de mi cabeza.
Hoy fue un día agitado, desde que me levanté por la mañana para ir a la escuela, hasta el regreso.
Increíble, pero fueron 5 clases de hora y media cada una.
Y siento un enorme dolor en la cabeza, con frío en todo el cuerpo producto de esta ropa que empapó la lluvia que inevitablemente caía sobre mi.
Me di cuenta que la noche es preciosa, llena de silencio, sin calor y con el frío que puede ser controlado por una chamarra.
Me siento cansado, agotado, fastidiado de los Ingenieros que no debieron haberse dedicado a la docencia y castigado por el hambre que siento desde la tarde.
Aun así, recuerdo las cosas buenas de este día. Las risas, tus mensajes, tu voz...
Y me pongo a pensar, que por la mañana me levanté con júbilo, alegría hasta por los poros por un nuevo día. No se que haya pasado en el transcurso de mi sueño, pero algo motivo esta dicha que se refleja en mis ojos.
Por que aunque estuvo a punto de regresar a mi casa hartado de todo y todos, no flaquee y me mantuve firme a mi propósito. A eso que me da fuerzas de flaqueza para seguir adelante.
Y aunque haya llegado cansado, con hambre y los pies mojados, sentí dentro de mi esa misma fuerza que por la mañana me llenaba...
La fuerza para luchar por Mi...
Por Ti...
Y por nuestros sueños.
Te Amo mi niña.

No hay comentarios:
Publicar un comentario